18 de enero de 2018

HOY BENDITA IGUALÁ...



Suena el llamador en la casa del costalero, suena a golpe seco de citación, la que nos llevará a una nueva “igualá”. 
    Bendita y admirada “igualá”, donde por momentos nos alejamos de esta infestada y manipulada sociedad, igualando a los hombres únicamente por su altura, y dejando al lado todo lo demás… Y me atrevería a decir, que es la trabajadera en sí, la que iguala a cada costalero tan solo con sus zapatillas, faja y costal, porque ahí debajo no tiene valor nada más, y menos lo material, ahí debajo cuando el paso pesa, pesa para todos por igual. 
    Las trabajaderas de nuestros pasos se encargan de igualar (y nunca mejor dicho) al pobre con el rico, al inculto con el licenciado y al costalero de afición con el costalero de devoción. 

¿Entendéis ahora eso de Bendita “igualá”?

(........)

¡Un momento cuadrilla…!
¡Atentos todos, costaleros…!
Los más grandes ponerse aquí,
aquí en el lado izquierdo.
Que voy a empezar a igualar
desde el más grande al más pequeño.
Pero antes de empezar con ello
Quisiera decirte algunas cosas, costalero:
que andes como tú sabes,
sin tirarlo al costero
elegante, siempre elegante
sin que lo note Dios ni su Bendita Madre.
En cada levantá,
atentos con la caída de la calle los costeros,
y al último toque de llamador
metemos riñones y sin ventajas desde el suelo.
Fuerte “pa'rriba”, hasta el mismo Cielo.
La “llamá”, cortita los pateros
Los fijadores, atentos a la voz del capataz
para que nunca tire el paso a ningún costero.
Y…,
los que estén de relevos,
al lado del paso no los quiero.
¿Todo claro, Costaleros?
Pues tened en cuenta una cosa,
que aquí todos valemos
el fijador, el corriente, el patero y el costero,
así que todos a una
para que nunca se hunda esto.
Y en cada chicotá
Ofrecerle a Dios vuestro esfuerzo.
Siempre desde el anonimato,
anonimato del buen costalero.
Y como buen costalero
los costales los quiero en su sitio.
Sí, donde todos sabemos,
donde se hace la llaga
y pone el capataz su dedo
que el ser costalero
es un arte,
un arte que Dios bajó del Cielo
poniendo en tu cabeza costal
para que lleves la fe por su pueblo.
La fe de un Dios Vivo
que te dio izquierdos y costeros
o paso largo y “racheao”
o con dulzura y sentimiento.
COSTALEROS que con VUESTRO pisar
cada primavera hacéis bajar
A Dios y a María del Cielo
para pasear por las calles de este mi pueblo
LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA
¡Pueblo… de buenos COSTALEROS!

Extracto Exaltación costalero 2014
por Pepe Coto.

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