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28 de agosto de 2018

Los comienzos de nuestra Hermandad...

SEMBLANZA COFRADE... por Miguel Benitez, número 1 de nuestra Hdad. de la Borriquita.
( Articulo Boletín 2014)
A principios de febrero, vino el Hermano Mayor de la “Borriquita” a mi casa y me dijo que escribiera algo sobre la historia y vivencias mías en la Hermandad.
Han pasado unos cuantos de años, desde la creación de nuestra Hermandad, pero recuerdo muy bien como fueron aquellos acontecimientos y como unos cuantos de jóvenes inconscientes del esfuerzo que suponía la creación de una nueva Hermandad, “pero la juventud es poder y poder es querer”, así que os voy a relatar cómo sucedieron los hechos.
En esta pequeña semblanza histórica voy a prescindir de las fechas. Solo quiero contar el espíritu que vivimos este grupo de amigos.
Mi nombre es Miguel Benítez Álvarez, “Miguel el de la Candelaria”. Soy el Hermano número uno de la Hermandad, no por mérito mío, porque este puesto lo podía haber poseído cualquiera de mis amigos, como: Enrique, Nuñez, Emilio, etc., cualquiera de ellos podría haber sido merecedor de él, pero decidieron que sería yo quien ostentara dicho honor. Pero repito, que no es por mi mérito. Quizás fuera mi antorcha la que encendió el fuego en mis amigos y ese fue el detonante.
Para ser fiel a la historia, paso a contaros cómo se gestó y cómo se culmino que una nueva cofradía, bajo la advocación de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén y San Juan de la Palma,procesionara en Los Palacios.
Siempre que iba a la Iglesia y veía a San Juan me daba cierta tristeza, porque ya no procesionaba. Recordaba, cómo siendo niño ese paso, concretamente, tenía una gran participación de los chiquillos, motivado porque pedíamos por las casas flor de jarro para adornar el paso que era pequeño y austero, pero no sé que tenía esa imagen que me gustaba. Así que un día comenté a mis amigos que sería bueno potenciar de nuevo la salida de San Juan. Creo que el Espíritu Santo se valió del “Apóstol querido” de Jesús para que se fraguara la Hermandad de la “Borriquita”.
Nuestra concordancia con el párroco D. Antonio Sánchez Ramírez era muy buena, pues teníamos un pequeño coro que cantábamos en algunas funciones, así que las entradas y salidas de la Iglesia eran para nosotros muy habituales, de forma que con el cura nos unía una amistad, por lo que al proponerle de que saliera San Juan de nuevo no nos causara problemas ya que nuestra relación con él era muy fluida.
Un día, estando en el porche de la Iglesia, hablando con D. Antonio, le propusimos sacar a San Juan. El cura nos escuchó y le pareció bien la idea.
Fue en esa reunión dónde el Espíritu Santo intervino, pues en la conversación surgió el que si se creaba la Hermandad de la “Borriquita” podría procesionar también San Juan. No sé si fue D. Antonio quien habló de ello o alguno de los del grupo que estábamos allí, lo que sí sé es que aquello de crear la Hermandad de la “Borriquita” fue para nosotros una luz que se encendió en el grupo y todos dijimos que sí, que nos comprometíamos a formar la nueva Hermandad. Al párroco le gustó pero nos dijo que había que trabajar mucho, que no era fácil y que el compromiso era grande ya que partíamos de cero. Pero eso no nos hizo cambiar, el solo hecho de pensar que Los Palacios podría tener el Domingo de Ramos su procesión de la “Borriquita” acompañada de San Juan, nos hizo tomar esa idea y llevarla a la práctica, porque era una pena que muchos palaciegos se iban a Utrera, Dos Hermanas y Sevilla a ver la procesión ya que en nuestro pueblo no existía dicha Hermandad.
Esta parte que os cuento es el sueño de la creación de la Hermandad, pero acto seguido vino nuestra realidad. Pensándolo bien, todos estábamos estudiando, dinero teníamos “lo justito para poder ir tirando…” pero para comprar una imagen, eso se salía de nuestro presupuesto, pero ni eso nos echó para detrás. Nos dedicamos a ir por las escuelas captando niños que quisieran ser Hermanos de la “Borriquita”, se hicieron festivales flamencos, se vendieron papeletas de Navidad, fuimos a Sevilla a contratar al “Pali”, que estaba en su momento más alto, hicimos mil cosas para recaudar fondos. También viajamos por varios pueblos de la provincia buscando por las Iglesias dónde había talla de la “Borriquita” para verla y asesorarnos. Todo eso lo hicimos con muchas ganas y alegría porque todos teníamos es mismo espíritu de crear la Hermandad.
Gracia a D. Antonio, el párroco, que nos dijo que comenzáramos a hablar con un escultor que había hecho algunos trabajos en la parroquia, así que nos fuimos a Sevilla a conocerlo y a hablar con él. Nos recibió muy bien y desde el mismo momento que le planteamos el tema nos dijo que sí, que haría la talla. Pero cuando llego la hora de hablar de precio, fue un alivio para nosotros porque nos dijo que podíamos pagar poco a poco. Gracias a esos festivales, la lotería y el incremento de algunos Hermanos, la imagen se pagó con trabajo, pero se pagó. Lo que más me gustaba era ir a la casa del escultor y ver cómo iba tomando forma nuestra idea. Y ver esa evolución nos daba fuerzas para sobrellevar cualquier contratiempo.
No puedo cerrar esta semblanza sin hacer una mención a Fernando González Camacho, nuestro Hermano Mayor. ¿Por qué se eligió a Fernando y no a uno del grupo? La razón estaba en que queríamos que fuera alguien mayor que nosotros. Estuvimos barajando varias personas del pueblo pero el perfil que nosotros queríamos para nuestra Hermandad lo vimos en Fernando. No nos equivocamos, pues los años que estuvo de Hermano Mayor luchó por la Hermandad y nos ayudó, no sólo él, sino toda su familia.
La imagen está ya terminada y todo previsto para que pudieraprocesionar ese año por las calles del pueblo. La expectación era grande en el ambiente cofrade y fuera de él. Digo esto, porque hubo un despliegue de medios, concretamente un programa regional, que se llamaba “Telesur”, retransmitió la salida porque era noticia la creación de una nueva Hermandad. Así que cuando se abrieron las puertas de la Parroquia para salir la “Borriquita” con Jesús y San Juan, que tanto esfuerzo nos había costado, todo desapareció, el cansancio, los miedos, etc. Al ver el porche y las calles de los alrededores lleno de gente, los niños disfrutando y los padres con sus hijos pequeños cogidos en brazos… En fin, como se suele decir, “el pueblo echado a la calle”. Nos miramos los unos a los otros y nos dijimos: “ha merecido la pena el esfuerzo”, porque nuestro pueblo se merecía esta procesión que se funda para la Gloria de Dios, para la Iglesia y para el pueblo. Porque siempre digo y diré, ni los fundadores ni los que vinieran después ni los que vendrán, son dueños de nada, eso es un patrimonio de la Iglesia y para la Iglesia, que irá de generación en generación, y cada Junta de Gobierno, la labor que le tiene que mover siempre es engrandecer la Hermandad, no solo a nivel estético, sino a nivel espiritual, con eucaristías, actos penitenciales y obras de caridad.
Cada Junta tiene su momento de esplendor y su momento de cambio. No es bueno el asentamiento de Hermanos Mayores año tras año, porque la inercia y la frescura la tiene la juventud. Si hay cansancio hay que dar paso siempre, exigiendo que la nueva Junta y su Hermano Mayor, a la cabeza, procesionen con la dignidad que Jesús y su Santa Madre la Virgen, en cualquiera de sus advocaciones, se merecen dentro de la Iglesia o en procesión.
Les doy las gracias a todas las Juntas de Gobierno, desde la primera que la fundó, pasando por las que la secundaron y por la actual. Gracias a aquella semilla que nuestro grupo sembró y que con el riego de vuestro esfuerzo hoy podemos decir que nuestra Hermandad es una Hermandad de dignidad y categoría comparable con cualquiera que procesione en la provincia.
Gracias a todos por vuestro esfuerzo, que sé que también fue y es grande. Que Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén, San Juan de la Palma y Nuestra Señora de los Ángeles os colme de salud y bendiciones
Manuel Benítez Álvarez
Hermano Nº 1

26 de octubre de 2016

RECORDANDO...Nuestros comienzos HDAD. BORRIQUITA.

Tendría que comenzar relatando aquella breve historia de la Hermandad que se publicaba todos los años en la Guía de Semana Santa en la década de los ochenta que decía:

“El 14 de abril de 1974, coinciden en el porche D. Antonio Sánchez Ramírez, Enrique Martín Molina, Miguel Benítez Álvarez y Juan Manuel Nuñez Muñoz…”, pero no os voy a cansar repitiéndola. Consúltenla.

A lo que me voy a referir es a alguna que otra vivencia de aquellos momentos previos a la formación de nuestra querida Hermandad. Por ejemplo, cómo llegamos a obtener la imagen de nuestro Cristo Titular.

Debido a la impaciencia propia de la edad, pues éramos unos chavales, queríamos hacer realidad nuestros deseos de la forma más rápida posible. Buscar un escultor que tuviera que hacer la imagen nos parecía un camino muy largo. Además, rimbombante y serio. Casi nos asustaba la palabra escultor y tener que entrevistarnos con él.

Preguntamos a todos aquellos que creíamos que podrían aconsejarnos sobre su adquisición más rápida, o sea, que ya estuviese hecha. Nos comentaron que algunos pueblos habían suspendido la salida procesional de la imagen que buscábamos (“La Borriquita”). Concretamente, fuimos a Olvera por indicación de D. José María Gómez Martín, párroco del Sagrado Corazón por aquella época. El viaje fue toda una odisea por los incidentes del camino y porque las carreteras de la sierra gaditana no se parecían en nada a las que tenemos hoy. El vehículo era, como no podía ser de otra manera, un Seat 600, de un amigo que tenía el privilegio de poseer coche. Al llegar nos encontramos, con la mala noticia para nosotros, de que habían reiniciado la salida procesional. Viendo que era difícil por esta vía, pensamos adquirirla de la localidad catalana de Olot, famosa por la fabricación de todo tipo de imágenes religiosas.

Teníamos como espectador de nuestras idas y venidas a nuestro querido y recordado párroco antes mencionado, D. Antonio, que nos recomienda que lo mejor sería hacer una talla original. Esto éramos lo que habíamos desechado por creer que se dilataría en el tiempo y parecernos muy difícil de conseguir. Pensábamos que costaría mucho dinero, del que carecíamos.

Al final aceptamos la propuesta del “cura”. Fue él quien nos presentó al escultor que realizaría la imagen de Cristo Triunfante: D. JOSÉ LÓPEZ EGREJA, un hombre asequible y amable, natural de Alcalá del Río y vecino del barrio de la Macarena, al que creo que pocos conocen, motivo por el que lo inserto en estas líneas como pequeño homenaje.

Era un hombre poco interesado en lo económico. En nuestras conversaciones apareció muy pocas veces la palabra dinero. Hablábamos del plazo de entrega, de las medidas y otras características de la imagen. Le tenía especial cariño a nuestra Hermandad. Todos los años venía a presencial la salida y el recorrido de la misma, junto con algunos familiares.

En las distintas visitas que hice a su taller, tuve la suerte de ver como unos troncos de pino Flandes, apilados en el portal de la casa, se iban transformando en la dulce y serena imagen que hoy veneramos. Pude ver también en su taller decenas de fotos y revistas donde aparecían borriquillos originarios del lugar donde nació Jesús, como modelo para realizar nuestra “Borriquita” y que se acercara lo más posible a la realidad.

En una de sus visitas al taller, señalándome a una Virgen en restauración, me preguntó si la conocía, a lo que contesté que no. Él me dijo: «La conoces muy bien». ¡Y tanto que la conocía! ¡Era nuestra Patrona, la Virgen de las Nieves!

El motivo de que no la reconociera fue porque estaba desprovista de su habitual ropaje. ¡Me encantó la coincidencia de las dos imágenes den el mismo taller! Fue como una premonición de que iban a estar juntas en el mismo templo.

El momento más esperado ocurrió a mediados de marzo de 1975, cuando recibimos en el porche, al atardecer, de manos de EGREJA, que así le llamábamos, lo que habíamos encargado meses antes, cumpliendo, por su parte, los plazos prometidos puntualmente, de forma que el 19 de marzo, día de San José, fue bendecida la imagen por el susodicho párroco, D. Antonio, estando presente en el acto las autoridades de la época.

Fue de esta forma, a grandes rasgos, cómo conseguimos hacer realidad aquel sueño originario.

ENRIQUE MARTÍN MOLINA
Hermano número 2

19 de marzo de 2014

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